—¡Ordena tus juguetes! Si en 5 minutos sigo viendo cosas en el piso, se irá todo a la basura.— Así mi santa madre me recordaba lo importante de mantener un dormitorio ordenado, amor de madre le dicen.
Ella no lo sabía, pero ella era parte de ese desorden, indirectamente claro. Ella sin tener la menor idea, era un usuario más de mis juguetes desparramados. No era la usuaria principal por su puesto, ella era el usuario secundario del producto, y como la mayoría de los usuarios secundarios, no estaba dispuesta a asumirlo.